despedida

Te fumo, te pienso, te escribo
Te enciendo, consumo
No te entiendo

Te entiendo
No te soporto

Te huelo
Me nublo

Recortas de la tela el pedacito que más te gusta, y te vas

Yo te quiero en mis cosas
Te quiero cerca
Quiero cuidarte

Adoras tu soledad
Te encanta mi distancia
Me queres efímera
Me queres tuya y lejos


No juego más
Te quiero y no juego más
Saca tu mano de mi cara y de mi cintura
Tu cuerpo es un anzuelo
y mi cuerpo es mio

vos quien

Murmuro tus paredes altas
Flacas y firmes
Como el viento helado
Quisiera quebrarlas
O mejor trepar a lo alto
Y mirar desde tus ojos mojados
Atados al cielo
Desvelados por la música que te impulsa a caminar así
Rastreándote con mi olfato
Recreándote de ladrillos y cemento fresco
Ensuciándome las manos con tal de que estés ahí
Rodeándole como un gato
Con ojos de fuego
Con ojos de manos
con lenguas de viento
Con agua de lluvia
Con alas de pájaros
Pájaros nocturnos
Escuchando con el cuerpo
El tiempo y el silencio que laten juntos

el miedo de las fieras

Volcan de confianza
Las fieras se inflaman frente a su presencia
Intercostales ascendentes, calientes
Llenos de rabia acumulada
Colmillos babeantes
Ojos amargos y temerosos
Fieras con miedo
Miedo a la vida misma
Al olor del fuego
Y a su danza
A su cintura de barro
Al sabor de la tierra
De la sabia
A ver el sol
a marearse de luz y felicidad
a vivir amando

siesta verde

Pájaros verdes de sangre azul
Coronándome
Soy serena
Me deslizo hacia una ebria risa interior
Dulce como la mirada del horizonte que me acaricia
Los metales, lejos de impedirme nada
Suenan y reflejan el sol
Para mi
Para los animales silencios
Para las cosas que escuchan con atención
Lo que el tiempo tiene para decirles

crepúscular

No se, anda a saber
Si fue un viento más
El que me acarició la cara
Tu mirada
Tu ternura tibia
Lo cerca de tu alma
Vibrando
No lo voy a vislumbrar en esta mañana
llena de alianzas y misterios
el tiempo calla para que oigamos el silencio de lo verdadero

nocturna

Oigo Pulso de llanura
luna, mi espejo íntimo
sombras de los monstruos
en trajes de acrílico

Braman las ramas
amadas por los pájaros de la noche
tus pasos fosforescentes la acarician
son piel de niño en el silencio negro

Brama el mar fosforescente
ama los gritos de la noche
pide guerra en un instante
pide gemidos de mortales

Ahora que las marionetas están rendidas
esta conversación con la noche
este abrazo fraterno
prestidigitado
desde mis huellas
desde mi centro último
emiten luz

fuente

Siento tremenda sensualidad
el sentido más inmundo y verdadero de existir
un canal hacia el vacío que contiene todo
como una fuerte brisa
que se desprende de la conciencia de mis antepasados
soy una fuente
abrasándome entera
dejando caer mi rigidez
estrellándola contra el piso
añicos
en mi cuerpo
sigue dilatandose el amor
como caricias divinas
de telas recién nacidas
o vientos enamorados